CORTAR POR LO SANO

Tristan Suarez - 2
San Telmo - 0

Volviendo de Ezeiza, luego de la sexta derrota consecutiva del Candombero y de haber cosechado el decimoquinto partido sin victorias, entre los que hacemos Candombe en Ascenso discutíamos sobre si era necesario desarrollar el comentario del partido ó simplemente mencionar el resultado y expresar nuestro punto de vista acerca de este magro presente. Sinceramente, aunque a algunos les pueda resultar interesante ingresar al sitio y enterarse cuanto y de que forma perdió San Telmo, a nosotros ya nos da lo mismo especificar si cayó merecida o inmerecidamente. La realidad indíca que el equipo es infiel. ¿Que significa eso?. Quiere decir que engaña; coquetea un ratito con el buen juego pero después, despacito y en voz baja, se va de la cancha en pata de lana y se brinda al avasallante dominio del rival de turno.
¿Cual es la receta para salir de esta situación? ¿Como se hace con un equipo que parece no tener ambición? ¿Como se transforma algo totalmente endeble, fragil y tímido en sólido y con convicción? ¿Quién le explica al socio, hincha o simpatizante que se pierde por mala suerte o porque algunos jugadores están lesionados? ¿Como se entiende que planteles de similar presupuesto, practicamente sin figuras y luchando por evitar el descenso realicen mejor campaña que la nuestra? Son millones las preguntas de las que tienen respuesta unicamente once jugadores de campo y siete suplentes, pero que parecen estar más perdidos y confundidos que nosotros, quienes las necesitamos de manera urgente.
Se consiguieron cinco puntos de los útlimos 45. Aquellos que lo ven desde afuera, se ríen. Nosotros, lloramos. Es insoportable e irritante semejante racha. Los técnicos que dejaron el equipo en ésta temporada deben estar tranquilos, ya que sus conciencias le susurran al oído que el tiempo demostró que ellos no eran los únicos culpables. Es más, parecen haber tenido el menor porcentaje de la culpa porque, de acuerdo a lo que vemos hace 25 fechas dentro de la cancha, los jugadores se la atribuyen sólos, sin que nadie levante el brazo para discutirlo.
Hay que cortar por lo sano. Ya nadie tiene chapa para ser titular indiscutido. Ya no existe el once ideal. Ya nos cansamos de que jugadores profesionales se lesionen cada dos por tres y sólo se lo tengamos que atribuír a la mala suerte. De esto ya no se sale trabajando, de esto se sale ganando. No queda otra opción.