San Telmo - 0
Con actitud no propia de un equipo profesional, el Candombero incrementó su racha sin victorias y sigue cayendo en los promedios. Un equipo sin ganas fue derrota por un rival que ganó sin hacer esfuerzo.
Sinceramente, sentarse el tiempo que sea necesario para realizar este humilde comentario, intentando buscarle explicaciones a otra derrota santelmista, cada vez resulta más tedioso. Si al menos tuvieramos la posiblidad de explayarnos con parrafos que esbozen un mínimo entusiasmo por parte del equipo dentro de la cancha, vaya y pase. Pero pasar a las palabras algo tan espantoso y, para colmo, desmoralizado por completo, es realmente complicado. Más para el hincha, aquel igual a nosotros, que se rompe la cabeza buscando la vuelta a este momento.
¿Quién no dijo alguna vez en la tribuna? "Yo me pongo la camiseta y mínimamente hago más esfuerzo que... fulano". Es tal la situación actual que ésta frase se adapta correctamente a la misma. El equipo no encuentra respuestas, y lo que es peor, ni siquiera las busca.
Podrán existir algunos problemas para pagar los sueldos, aunque siempre se cumple. Ojo, no tiene nada que ésto con la derrota ante Sarmiento, pero es la primera sensación que al hincha se le cruza por la cabeza al ver algo tan desarticulado y sin ganas dentro de la cancha. Son profesionales, que entre en la cabeza. ¿Como se entiende que los jugadores se vivan lesionando? ¿No se cuidan?¿Son de papel? Particularmente, desde mi punto de vista y disculpando el gran esfuerzo que hizo la dirigencia por solventar el viaje a Junín, hubiese hecho viajar al plantel el mismo día del partido. ¿Que garantizó haber gastado diez mil pesos para que lo devuelvan con nada? Esa plata podía servir para bancar las sesiones de kinesiología que ven desfilar jugador tras jugador.
Ni hablar de la imagen del director técnico. Durante todo el segundo tiempo, Ferraresi se la pasó con el codo apoyado en el techo del banco de suplentes y, palma en el mentón, no hizo indicación alguna para levantar la moral del equipo. Todas eran gesticulaciones de fastidio ante cada yerro de algún futbolista. Es entendible su situación. Viene de dos pésimas experiencias y agarró la posta de Gonzalo Gonzalez, teniendo que remontar un ancla de diez toneladas desde el fondo del mar. Tal vez no fue, y es, el índicado para éste momento. Tiempo todavía tiene para revertir la imagen de éste "bodrio" que se llama San Telmo, pero necesita también la colaboración de los que visten la azul celeste, si no va a ser complicado.
¿Que te están haciendo Telmo? Hay que ganar jugadores, y si no se puede dejar la vida en la cancha. Puede parecer de cassette el pédido que hacemos, pero cuando se vive en carne propia uno sabe por que lo pide de ésta manera.
Sinceramente, sentarse el tiempo que sea necesario para realizar este humilde comentario, intentando buscarle explicaciones a otra derrota santelmista, cada vez resulta más tedioso. Si al menos tuvieramos la posiblidad de explayarnos con parrafos que esbozen un mínimo entusiasmo por parte del equipo dentro de la cancha, vaya y pase. Pero pasar a las palabras algo tan espantoso y, para colmo, desmoralizado por completo, es realmente complicado. Más para el hincha, aquel igual a nosotros, que se rompe la cabeza buscando la vuelta a este momento.
¿Quién no dijo alguna vez en la tribuna? "Yo me pongo la camiseta y mínimamente hago más esfuerzo que... fulano". Es tal la situación actual que ésta frase se adapta correctamente a la misma. El equipo no encuentra respuestas, y lo que es peor, ni siquiera las busca.
Podrán existir algunos problemas para pagar los sueldos, aunque siempre se cumple. Ojo, no tiene nada que ésto con la derrota ante Sarmiento, pero es la primera sensación que al hincha se le cruza por la cabeza al ver algo tan desarticulado y sin ganas dentro de la cancha. Son profesionales, que entre en la cabeza. ¿Como se entiende que los jugadores se vivan lesionando? ¿No se cuidan?¿Son de papel? Particularmente, desde mi punto de vista y disculpando el gran esfuerzo que hizo la dirigencia por solventar el viaje a Junín, hubiese hecho viajar al plantel el mismo día del partido. ¿Que garantizó haber gastado diez mil pesos para que lo devuelvan con nada? Esa plata podía servir para bancar las sesiones de kinesiología que ven desfilar jugador tras jugador.
Ni hablar de la imagen del director técnico. Durante todo el segundo tiempo, Ferraresi se la pasó con el codo apoyado en el techo del banco de suplentes y, palma en el mentón, no hizo indicación alguna para levantar la moral del equipo. Todas eran gesticulaciones de fastidio ante cada yerro de algún futbolista. Es entendible su situación. Viene de dos pésimas experiencias y agarró la posta de Gonzalo Gonzalez, teniendo que remontar un ancla de diez toneladas desde el fondo del mar. Tal vez no fue, y es, el índicado para éste momento. Tiempo todavía tiene para revertir la imagen de éste "bodrio" que se llama San Telmo, pero necesita también la colaboración de los que visten la azul celeste, si no va a ser complicado.
¿Que te están haciendo Telmo? Hay que ganar jugadores, y si no se puede dejar la vida en la cancha. Puede parecer de cassette el pédido que hacemos, pero cuando se vive en carne propia uno sabe por que lo pide de ésta manera.